Hoy hemos realizado en clase un experimento que me encanta y que por visual y "mágico" hace que los niñ@s entiendan más fácilmente un concepto tan complicado y abstracto como es el de entender la necesidad de valorar el daño moral y emocional que la palabra, en este caso destructiva, tiene en nosotros mismos. Porque una vez más, la mejor form de entender algo que no se ve es... ¡Viéndolo!
El experimento es sencillo pero impactante, consiste en dos manzanas que se presentan al grupo, previamente una de ellas se ha dejado caer o se ha golpeado sin que se note nada en el exterior pero sabiendo lo que un golpe genera en su interior..
Hemos enseñado ambas manzanas, sabiendo que eran idénticas por fuera pero por dentro, una era totalmente diferente.
ue le dijeran cosas muy feas a una de las manzanas (la que previamente había golpeado). He pedido que digan cosas feas a una de las dos manzanas y ellos la han insultado y le han dicho cosas terribles: 'apestosa, eres horrible'... 'probablemente tengas gusanos'... 'hueles mal, tienes un color feísimo'... Luego hemos dicho cosas bonitas a la otra manzana y le han dedicado dedicaron todo tipo de halagos: 'qué preciosa eres'... 'que color tan brillante'...Ahora les he mostrado como las palabras hirientes pueden dañar el interior de una persona aunque no se note en su exterior. Para eso hemos abierto las manzanas y hemos visto como a aquella que habíamos insultado y tratado mal estaba con un aspecto lamentable. De esta forma, los mag@s han entendido que el acoso, el desprecio y las palabras horribles pueden hacer mucho daño en el interior de un niñ@, aunque por fuera parezca que no ocurre nada. Luego hemos intentado, mediante gomets de caras felices en su piel, rehacer el daño causado, algo que tambien nos ha mostrado que volver a reparar el daño cuando ha dejado algún tipo de señal no es tan fácil...
El experimento es sencillo pero impactante, consiste en dos manzanas que se presentan al grupo, previamente una de ellas se ha dejado caer o se ha golpeado sin que se note nada en el exterior pero sabiendo lo que un golpe genera en su interior..
Hemos enseñado ambas manzanas, sabiendo que eran idénticas por fuera pero por dentro, una era totalmente diferente.
ue le dijeran cosas muy feas a una de las manzanas (la que previamente había golpeado). He pedido que digan cosas feas a una de las dos manzanas y ellos la han insultado y le han dicho cosas terribles: 'apestosa, eres horrible'... 'probablemente tengas gusanos'... 'hueles mal, tienes un color feísimo'... Luego hemos dicho cosas bonitas a la otra manzana y le han dedicado dedicaron todo tipo de halagos: 'qué preciosa eres'... 'que color tan brillante'...Ahora les he mostrado como las palabras hirientes pueden dañar el interior de una persona aunque no se note en su exterior. Para eso hemos abierto las manzanas y hemos visto como a aquella que habíamos insultado y tratado mal estaba con un aspecto lamentable. De esta forma, los mag@s han entendido que el acoso, el desprecio y las palabras horribles pueden hacer mucho daño en el interior de un niñ@, aunque por fuera parezca que no ocurre nada. Luego hemos intentado, mediante gomets de caras felices en su piel, rehacer el daño causado, algo que tambien nos ha mostrado que volver a reparar el daño cuando ha dejado algún tipo de señal no es tan fácil...